La memoria posdigital
El País - EPS, 25/5/2014.
Por Karelia Vázquez.
Internet ha transformado la manera en que el cerebro procesa la información. Algunos estudios apuntan a que se toman decisiones urgentes con mayor facilidad y el ser humano se adapta mejor a los cambios de actividad. Sin embargo, la Red demanda una presencia constante (por miedo a quedarse fuera) y nos ha vuelto más olvidadizos y dispersos.
Por Karelia Vázquez.
Internet ha transformado la manera en que el cerebro procesa la información. Algunos estudios apuntan a que se toman decisiones urgentes con mayor facilidad y el ser humano se adapta mejor a los cambios de actividad. Sin embargo, la Red demanda una presencia constante (por miedo a quedarse fuera) y nos ha vuelto más olvidadizos y dispersos.
ELEFECTO GOOGLE . El número promedio de búsquedas diarias en Google ha crecido de 9.800 en 1998 hasta cerca de seis trillones en 2013. Los estudios que explican el efecto Google en el cerebro han aumentado a un ritmo similar. Uno de ellos, publicado en Science Magazine en 2011 y realizado entre un grupo de estudiantes, demostró que estos eran capaces de recordar menos información cuando sabían que la encontrarían más tarde en Internet. La conclusión de los investigadores fue que se estaba confiando a Google, y no al cerebro, el almacenaje a largo plazo del conocimiento. Por otra parte, los experimentos de neuroimagen prueban que los usuarios frecuentes de Internet tienen hasta dos veces más activada la memoria a corto plazo mientras están online que los usuarios esporádicos. Esto supone que su cerebro no retiene lo que ve en la web y prácticamente ignora la información que sabe que encontrará otra vez.
OLVIDADIZOS Y DISPERSOS. Los estudios dicen que hemos dejado de recordar información estándar sobre nuestro círculo más íntimo. En 2007, una encuesta realizada entre 3.000 personas publicada en la revista ‘Wired’ comprobó que entre los más jóvenes era raro recordar la fecha de un cumpleaños, una dirección o un teléfono. También demostró que las personas que pasaban mucho tiempo en entornos digitales tenían más dificultad para leer durante largo rato.
HABILIDAD VISUAL. En 2013, un estudio realizado por la Society for Personality and Social Psychology estadounidense arrojó que los jugadores de ‘Halo’ o ‘Call of Duty’ mejoraban su proceso de toma de decisiones y sus habilidades visuales. A los videojuegos se les ha reconocido el beneficio de favorecer la capacidad de contraste entre los objetos y la rapidez en la toma de decisiones urgentes basadas en unas pocas claves visuales. Además ayudan al cerebro a adaptarse muy rápido a los cambios de actividad. La mala noticia es que su cerebro es peor controlando los impulsos.
LA VIBRACIÓN FANTASMA.Estamos tan conectados a la vida virtual que sentimos el teléfono sonar incluso cuando nadie llama. En un estudio publicado en 2012 en la revista ‘Computers and Human Behavior’, los investigadores encontraron que el 89% de la población de la muestra, estudiantes universitarios, había sentido “vibraciones fantasmas” de sus teléfonos al menos una vez cada dos semanas. Los autores creen que otras sensaciones físicas que tenemos son ahora interpretadas por el cerebro como vibraciones del móvil. ¿Qué otra cosa podría ser?
El FOMO. El término ‘fear of missing out’ (miedo a perderse algo, en castellano) fue descrito por ‘The New York Times’ como una mezcla de ansiedad e irritación que nos invade mientras miramos la vida de los otros en Internet. La llegada de Facebook e Instagram ha incrementado la angustia. El sentimiento de soledad se hace insoportable ante la exposición de la actividad de los otros en la Red y hace que la gente se pregunte: “¿No debería estar haciendo algo también?”.
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