Como seguramente ya sabréis, nos ha dejado, sin algarabías ni fanfarrias a lo Sara Montiel, nuestro J.L. Sampedro. Aunque el deceso tuvo lugar el domingo, por una vez la prensa no ha querido (o no ha podido) profanar sus últimas voluntades, y no tuvimos noticia de su defunción hasta ayer mismo. Pero la prensa se ha volcado en su recuerdo, y os ofrezco estos aportes de
El País, que además de honrar su memoria quizás os ayuden a la hora de estudiarlo (os recuerdo de que, además de un disidente digno de elogio, era una de vuestras cruces, pues es tema de PAU).
Aquel amigo que silbaba
Polvo enamorado
Convición y exigencia ética
El megáfono intelectual del 15-M
La palabra necesaria
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